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jueves, 15 de mayo de 2014

NEUROPSICOLOGÍA DE LAS DEPENDENCIAS

INTRODUCCIÓN

En la actualidad el consumo de estupefacientes se ha extendido de forma exponencial, aumentando tanto los consumidores esporádicos como los habituales. De este modo, se hace necesario un acercamiento, por parte de los profesionales y futuros profesionales sanitarios, de los efectos que nuestro cerebro sufre y sus consecuencias a nivel clínico.
En primer lugar, ha de destacarse que en España la droga más consumida, teniendo en cuenta los consumos esporádico y habitual es el alcohol, seguida del tabaco, el cannabis, la cocaína y otras drogas como fármacos tranquilizantes con o sin receta, etc. Ha de destacarse, que si fijamos el punto de referencia en el consumo habitual, es el tabaco quién pasa a ocupar el puesto preponderante desplazando de la cúspide a su compañero etílico. Teniendo en cuenta los datos, y retomando la afirmación inicial parece, como mínimo, necesario poner al alcance de  la sociedad la información  relativa al consumo.
Para proseguir con esta exposición el lector ha de conocer una serie de términos que le ayudaran a adentrarse en el mundo de la neuropsicología, pudiendo comprender la drogodependencia desde diferentes perspectivas, entendiendo todos aquellos cambios conformacionales sucedidos en el encéfalo y en el cuerpo del enfermo dependiente. Estos son los siguientes:

  • Droga (OMS, 1969): “Toda sustancia que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración, produce una alteración del  funcionamiento del sistema nervioso central del individuo y es, además, susceptible de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas”.
  • Adicción (DMS I-V): “ patrón mal-adaptativo de uso de sustancias que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativo, expresado por tres (3) ó más de los ítems siguientes; en algún momento de un período continuo de doce (12) meses.

(1) Tolerancia, definida por (a) una necesidad de cantidades marcadamente crecientes de la                 sustancia para conseguir la intoxicación, o el efecto deseado o, (b) el efecto de las mismas                   cantidades de sustancia disminuye claramente con su consumo continuado.

(2) Abstinencia, definida como cualquiera de los siguientes ítems (a) el síndrome de abstinencia característico para la sustancia o (b) se toma la misma sustancia (o un muy parecida) para aliviar o evitar los síntomas de abstinencia.
(3) La sustancia se consume en cantidades mayores o durante un período más prolongado de lo que originalmente se pretendía.
            (4) Existe un deseo persistente o se realizan esfuerzos infructuosos por controlar o interrumpir             el consumo de la sustancia

(5) se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia (p.ej., visitar a varios médicos o desplazarse largas distancias), en el consumo de la sustancia (p.ej., fumar un cigarrillo tras otro) o en la recuperación de sus efecto.
(6) reducción o abandono de importantes actividades sociales, laborales o recreativas debido al consumo de la sustancia.
  • Drogodependencia (OMS, 1969) "(...) estado psíquico, y a veces físico, resultante de la interacción de un organismo vivo y una droga, caracterizado por un conjunto de respuestas comportamentales que incluyen la compulsión a consumir la sustancia de forma continuada con el fin de experimentar sus efectos psíquicos o, en ocasiones, de evitar la sensación desagradable que su falta ocasiona. Los fenómenos de tolerancia pueden estar o no presentes. Un individuo puede ser dependiente de más de una droga".

Como podemos sustraer de esta definición, se considerará droga aquella sustancia que produzca una alteración en el SNC. El término sustancia es de vital importancia en la definición de droga y drogodependencia ya que aleja a otras patologías relacionada con la dependencia como la ludopatía, la cleptomanía, etc. Así bien existen conductas adictivas asociadas a otros factores diferentes a los estupefacientes, en ese caso hablamos de adicción no farmacológica, dónde los últimos estudios en neuroplasticidad demuestran que también se suceden cambios estructurales y fisiológicos en el cerebro.

Sistema de recompensa

Los sistemas de recompensa son centro ubicados en el sistema nervioso que interactúan con una serie de estímulos específicos y naturales. Dichos sistemas se encuentran regulados por  unos neurotransmisores específicos que permiten que el individuo desarrolle conductas aprendidas asociándolas a eventos agradables (refuerzos positivos) o aversivos (castigo positivo). “La vía de recompensa cerebral meso-accumbens es la región principal del cerebro que desarrolla estas conductas; está presente en todos los mamíferos y motiva las conductas aprendidas para la sobrevivencia y reproducción. La acción directa de las diferentes sustancias adictivas sobre los sistemas de recompensa puede producir estimulación, inhibición o activación de varios tipos de neurotransmisores y receptores; por tanto, afectan a la propia química natural del cerebro. El ser humano tiene conductas que aprende de forma natural, como la adaptación del recién nacido a la presencia del alimento, al calor y a los cuidados que la madre le proporciona en sus períodos de nutrición.” Si la actividad es agradable, los sistemas de recompensa la añadirán a los mecanismos conductuales.  Los efectos producidos por el consumo de una sustancia psicoactiva puede estimular intensamente los centros de placer, provocándose el desarrollo de la drogodependencia. El consumo continuado del estupefaciente producirá la habituación, del mismo modo que generará la dependencia física en el individuo Es decir,  el organismo se acostumbra, haciéndose necesaria la presencia de la sustancia adictiva en nuestro cuerpo. Cabe destacar que el consumo de diferentes sustancias simultáneamente puede intensificar los procesos de recompensa; por ejemplo, la mezcla de alcohol y cafeína incrementa el  gusto por la nicotina. De este modo se hace común la ingesta de sustancias adictivas por pares, cómo en el caso de los alcohólicos que, no por casualidad, suelen ser simultáneamente fumadores

Alteraciones Asociadas al consumo de sustancias

Alcohol

El alcohol es una droga de gran aceptación social, posee efectos tóxicos de gran importancia a corto y largo plazo. Así bien, forma parte de la cultura de la mayoría de las sociedades del mundo, situándose como la droga de mayor consumo y que produce más problemas de carácter socio-sanitario.
- Intoxicación alcohólica aguda.
Entre los efectos del consumo agudo de alcohol destacan los cambios en  el estado anímico, las alteraciones en la coordinación motora, alteraciones conductuales (desinhibición), confusión, somnolencia, etc. Pudiéndose terminar en cuadro agudos (coma etílico, parada cardiorespiratoria, etc.).
 - Síndrome de abstinencia.
Aquellos individuos ya habituados al consumo de alcohol generan mecanismos de tolerancia y dependencia, de este modo el cese brusco de consumo de la sustancia etílica provoca el síndrome de abstinencia, consistente en temblor, taquicardia, sudoración, insomnio, nauseas, trastornos de la percepción y del pensamiento  (alucinaciones, delirios, delirium tremens, …), etc. Las alucinaciones suelen ser de carácter visual. Se observa una respuesta anormal a la estimulación con luces intermitentes (fotomioclono) en el registro EEG intercrítico de los pacientes con deprivación alcohólica (F. Bermejo)
 El síndrome de abstinencia más grave del alcoholismo es el delirium tremens, el cual puede llegar incluso a ser mortal. En su cuadro clínico, se puede observar hiperactividad simpática, síntomas psicóticos, alteraciones de la percepción y del pensamiento (alucinaciones visuales y táctiles relacionada con tematicas como los insectos, las personas etc.).   
- Polineuropatía alcohólica.
Es un trastorno común en alcoholicos,  más frecuente en mujeres. Al inicio del cuadro, los síntomas son principalmente sensitivos en forma de parestesias y disestesias a nivel distal de miembros, que en ocasiones puede evolucionar asociando un componente motor en forma de debilidad distal en manos y pies (sobre todo en musculatura extensora). También es frecuente un componente de disautonomía con alteraciones vegetativas y tróficas cutáneas que pueden favorecer el desarrollo de úlceras y escaras, junto con trastornos de la motilidad gástrica y trastornos del ritmo cardíaco en los consumidores crónicos.
El diagnóstico es clínico y se confirma por estudio electromiográfico y electroneurográfico.
Se trata con suplementos vitamínicos y abstinencia de alcohol. Son frecuentes también en los pacientes alcohólicos las neuropatías por comprensión, como la denominada “parálisis del sábado noche”, producida por una compresión del nervio radial.



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